El autoaprendizaje como núcleo de la formación del individuo.

El autoaprendizaje como núcleo de la formación del individuo.

(The self-learning as the core of the formation of the individual)

Rolando Aguilar Álvarez.ª
ªMáster en Administración de Proyectos



Resumen: En el presente trabajo se abordan aspectos generales acerca de la concepción del autoaprendizaje como instrumento metodológico fundamental para el desarrollo del proceso de formación profesional en los marcos de la educación superior contemporánea. En el mismo se fundamenta la importancia de la actividad independiente en el  aprendizaje, a partir de ciertas condicionantes que debe crear el propio individuo, para poder llevar a efectos con éxito un autoaprendizaje efectivo. Resulta de gran interés el esclarecimiento de los términos de la autonomía del aprendizaje, como sostén principal de la apropiación  de conocimiento por si solo.

Palabras clave:  Autoaprendizaje, aprendizaje, autonomía, autoreflexión, asimilación.
Abstract: The present paper approached general aspects about the conception of self-training as a fundamental methodologic instrument to development a professional formation in nowday´s higher education. Is about the importance of the right and independent activities, from certain conditioners that must create the students themselves, to be able to take the effects of an effective self-training successfully. Is also about getting a right meaning of autonomy in self-learning as a main knowledge appropriation.


keywords: self-learning, learning, autonomy, self-reflexion, asimilation.





Introducción

Una acertada dirección del aprendizaje implica la formación y el desarrollo en los seres humanos de habilidades para el trabajo independiente, lo que influye tanto en la adquisición de sólidos conocimientos como en la creación de las condiciones necesarias para que estos alcancen la independencia en la apropiación del conocimiento.
La enseñanza contemporánea no puede garantizar a los alumnos la asimilación de todos los conocimientos que se acumulan como consecuencia del vertiginoso desarrollo que actualmente alcanzan la ciencia y la técnica, pero sí puede asegurar que los alumnos adquieran los medios para lograr su asimilación. Los centros de enseñanza deben cumplir la exigencia que la responsabiliza con proporcionar los procedimientos para aprender; hacer vivir en las personas la necesidad de saber, de actualizar su información, propiciar las posibilidades de asimilar los nuevos conocimientos y usarlos creadoramente.

La independencia en la adquisición de conocimientos garantiza la posibilidad de que el alumno sea  capaz de dirigir su aprendizaje, asegurar su educación permanente y, con ello, el logro de un alto nivel de independencia y eficiencia en su competitividad profesional.

La independencia en el aprendizaje.

La correcta dirección de la actividad de aprendizaje crea los motivos y desarrolla las posibilidades para el trabajo independiente. Por ello, el sistema de trabajo independiente que el profesor utiliza gradualmente con sus alumnos determina el desarrollo de la independencia en la apropiación de conocimientos.

La actividad independiente del ser humano supone siempre la posesión de conocimientos previos necesarios, así como un grado suficiente de desarrollo de habilidades, al mismo tiempo que la necesidad de un esfuerzo para lograr el objetivo propuesto. Asimismo, debe contarse con el tiempo suficiente de realización de la tarea.
Según algunos estudios realizados sobre este tema, García N. (2003), el desarrollo de la independencia en el aprendizaje en el proceso docente se vincula estrechamente a la formación de los siguientes rasgos personales en los individuos:

- interés y habilidades para organizar racionalmente el trabajo,

- realización de tareas propuestas sin ayuda alguna,

- superación de dificultades independientemente,

-interés y esfuerzo para aplicar métodos de autocontrol y corrección, tanto del      proceso seguido en el desarrollo de su trabajo como de sus resultados,

- tratamiento crítico de los materiales de estudio,

- preocupación por el desarrollo de la independencia en el grupo estudiantil,

- planteamiento constante de nuevos problemas.(1)

En los rasgos anteriormente señalados se ponen de manifiesto elementos importantes que contribuyen al desarrollo de la independencia en el aprendizaje.
En primer lugar  es obvio suponer que si se desarrollen  intereses por conocer y se adquieren habilidades sólidas en el proceso de aprendizaje esto contribuirá decisivamente a una correcta organización del trabajo a realizar.
De igual forma  se logra que a través de la independencia del aprendizaje se pueda emprender cualquier tarea sin necesidad de esperar por ayuda alguna.
Por otra parte se crean las condiciones para enfrentar las dificultades y resolverlas con los propios esfuerzos individuales.
Además se evidencia la necesidad de encontrar los mecanismos adecuados para aplicar nuevos métodos que contribuyan al perfeccionamiento de los resultados obtenidos en el cumplimiento de una tarea.
Un elemento muy importante lo constituye el desarrollo de intereses y habilidades para asumir posiciones propias en relación con los materiales que son objeto de estudio.
Es lógico suponer que el aprendizaje esta íntimamente relacionado con el grupo estudiantil a que pertenece cada alumno, pero es necesario en esa actividad grupal desplegar las fortalezas que tiene la independencia  del aprendizaje directamente asociado el planteamiento de nuevos problemas que surgen al calor del propio aprendizaje
  
La contribución directa y eficaz del trabajo independiente a la adquisición de   estos rasgos en las personas determina, en gran medida, su importancia en el desarrollo del proceso de formación de un pensamiento propio.

En la literatura científica sobre didáctica  se hace común el uso del término autoaprendizaje, con el cual se hace referencia al proceso de aprender uno mismo en un acto de auto gestión del conocimiento. Algunos autores Rodríguez S. (2004), para referirse al aprendizaje llevado a cabo por uno mismo utilizan también el término aprendizaje autónomo.

El proceso del autoaprendizaje consiste en aprender mediante la búsqueda individual de la información y la realización también individual de prácticas o de experimentación.
El ser humano desarrolla por múltiples vías el autoaprendizaje, incluso hasta con la actividad del juego, donde al paso del tiempo descubre que ha aprendido mucho de este modo y que no sólo sirve para pasárselo bien.

La autonomía en el aprendizaje autónomo es la facultad que tiene una persona para dirigir, controlar, regular y evaluar su forma de aprender de forma consciente e intencionada, haciendo uso de estrategias de aprendizaje para lograr el objetivo o meta deseados.
Dentro de las ventajas del autoaprendizaje, Bombino, (2002) se pueden señalar las siguientes:

• Fomentar la curiosidad por la investigación .

• Aprender a resolver los problemas por uno mismo.

• Al no tener que seguir el ritmo de un grupo se puede dedicar más tiempo en lo que se tiene dificultades y menos a lo que resulta más fácil para uno mismo.

• Es más constructivo.

•Mucha gente que autoaprende comenta que esa tarea no sólo le ha permitido confeccionar dicha habilidad, sino que también ha ayudado a formar su personalidad de forma positiva.

No cabe dudas de que el autoaprendizaje constituye un importante aspecto de la enseñanza en el que se incentivan elementos básicos en la formación de la personalidad.

El interés por la búsqueda de nuevos conocimientos a través de la investigación científica requiere de una gran incidencia del autoaprendizaje pues es el propio investigador quien despeja su objeto de estudio a través de un esfuerzo personal.

La confianza en resolver problemas  por uno mismo lleva al proceso investigativo a la búsqueda de nuevos conocimientos.

El autoaprendizaje permite prestar atención a aquello que tiene mas dificultad en el orden individual y no solo ser problema del grupo estudiantil.

A través de sus fuerzas individuales el estudiante puede intensificar el proceso de apropiación de conocimiento y en este sentido hacerlo más constructivo.

Es incuestionable que el autoaprendizaje fortalece la personalidad pues despliega capacidades para enfrentar la realidad por sus propias fuerzas.

 Puede ocurrir que aparezca algún problema al que no se le encuentre solución por si mismo, por lo menos sin dificultad.

En estos casos se puede pedir ayuda a otra persona con conocimientos. Aunque esta ayuda pueda parecer no necesaria, en realidad el que resuelve el problema puede encontrar un problema interesante que le haga pensar y aprender; y además, ayudar a otro con los mismos intereses de uno, puede hacer al enseñado más capaz de resolverle problemas al enseñante en el futuro.

Estos dos beneficios para el enseñante fomentan que éste ponga mucho interés en ayudar. En el autoaprendizaje los papeles de enseñante y enseñado se intercambian continuamente.

Una desventaja sería la siguiente: por más que el aprendizaje autónomo tenga información útil y correcta por parte del autodidacta, no tiene aval social como lo tiene un título oficial y su consecuente validez en el ámbito laboral y académico.
El aprendizaje es un cambio relativamente permanente en el repertorio de un individuo producto de la experiencia y del cual podemos inferir cambios neurofisiológicos
Existen diversas teorías del aprendizaje, cada una de ellas analiza desde una perspectiva particular el proceso.

Una de esas teorías es el aprendizaje constructivo. Normalmente en el aprendizaje de la escuela el profesor da y el alumno recibe; al profesor se le paga y el alumno paga, aunque sea indirectamente.

Pero en el autoaprendizaje, los papeles del alumno y el profesor no existen o se intercambian continuamente. Además, el que está en el papel de profesor en ese momento no deja de aprender, ya que al enseñar ve problemas desde otro punto de vista y fija aún más sus conocimientos. Es por ello que se considera constructivo; no solo se beneficia el que aprende sino también los demás.
El autodidacta, además de enseñar mientras aprende, puede ser productivo con otras cosas, como crear un programa útil, hacer un montaje electrónico, cuidar un niño, etc., y sin dejar de aprender. 

El autodidacta es prácticamente aquella persona independiente que piensa y enseña de una manera individual y específica, valorando siempre objetivos propuestos en dichos temas. El autodidacta es un ser productivo, un ser que enseña y aprende, un ser que motiva la enseñanza a las demás personas.

El hecho de que los autodidactas puedan ayudarse entre ellos con ninguna o mucha menos intervención de un profesor como tal (y muchas veces el profesor será alumno), hace que el costo del autoaprendizaje sea mucho menor. E incluso al ser productivo, se pueda recompensar al alumno económicamente.

La autonomía en el aprendizaje proporciona libertad y capacidad crítica, y es, ciertamente uno de los intereses para formar autonomía y libertad de criterio y acción como personas, ciudadanos y profesionales.

Existen algunas tendencias opuestas  al autoaprendizaje porque afirman que no todas las personas tienen las herramientas necesarias para juzgar si la información que están obteniendo es fiable o si es objetiva. Por ello, defienden que el aprendizaje debe realizarse guiado a través de ciertos niveles. Además, el autoaprendizaje, si bien puede significar la incorporación de información útil y correcta por parte del autodidacta y la permanente estimulación de su inteligencia, corre con la desventaja de no tener un aval social como lo tiene un título oficial y su consecuente validez en el ámbito laboral y académico (aval social).

Asimismo, por considerarse que el "aprendizaje" es una función  propia del ser humano, es preferible no agregar la expresión "auto". En su caso, será mejor "aprendizaje autodirigido" o "aprendizaje de forma autodidacta"...
.
En algunas investigaciones actuales se hacen propuestas acerca del aprendizaje  permanente. Cobo C, Moravec.J, (2011) Este aprendizaje promueve el desarrollo del potencial humano a través de un proceso continuo que estimula a los individuos a adquirir de manera constante los conocimientos, valores y habilidades que requieren a lo largo de su vida, aprovechando con creatividad todas las circunstancias y posibles entornos para aprender nuevos saberes.

Esta aproximación destaca que el aprendizaje se lleva a cabo de distintos modos y en diferentes lugares, incluyendo instituciones de educación formal y no formal. De igual modo, se convierte en un llamamiento a que los sistemas sean más flexibles a fin de ofrecer mayor diversidad en el momento de pensar en el aprendizaje permanente.
Desde los años noventa, ha dominado gran parte de la discusión en torno a la formación post-educación obligatoria. Los autores destacan el consenso que existe entre los policy makers acerca de su importancia. En esta línea se ha consolidado un marco común de política en el que participan activamente importantes entidades como la Comisión Europea, el G8 o la UNESCO, entre otras. Tras esta idea se encuentra la importancia de desdibujar los límites entre estudios de formación técnica y humanística, entre ocio y trabajo e incluso entre aprendizaje y educación. Pendlebury y Enslin (2001) agregan que el aprendizaje a lo largo de la vida ha de estar presente de manera transversal tanto en la etapa de la escuela como durante la educación continua, combinando la educación formal con la no formal, diluyendo las fronteras entre el aprendizaje que ocurre en las instituciones educativas y el aprendizaje en el lugar de trabajo.
El aprendizaje permanente es un proceso complejo y multifacético que comienza en la etapa preescolar y que se lleva a cabo durante la educación obligatoria y los periodos formales de formación y capacitación postobligatoria. Luego continúa a lo largo de toda la vida, a través de experiencias de aprendizaje y actividades en el lugar de trabajo, en las universidades, en el college u otras agencias e instituciones educacionales y culturales –tanto a través de modalidades formales como informales– presentes en la comunidad.

Aprendizaje y autoaprendizaje. 
  
Para la didáctica contemporánea el aprendizaje es un complejo proceso que está relacionado con la apropiación de conocimientos, lo que implica el desarrollo de un pensamiento creador, y no simplemente un proceso de memorización de pensamientos ajenos, o de reproductor de ideas ya antes elaboradas. En este sentido el aprendizaje está requerido de una fuerte acción individual del que aprende, y es por esta razón que surge y se desarrolla con gran intensidad el fenómeno del autoaprendizaje que hoy constituye un elemento fundamental en la preparación del ser humano.

El aprendizaje autónomo debe de ser el fin último de la educación, que se expresa en como aprender a aprender.
Puede aparecer algún problema al que no se le encuentre solución, por lo menos sin dificultad. Pero en cualquier momento se puede pedir ayuda a alguien con conocimientos, en alguna lista de correo, foro, grupos de noticias, alguna asociación que trate el tema o por otro medio.
Siempre habrá alguien que haya tenido la misma duda que uno mismo, por eso es muy importante exponer el problema y, en su caso, la solución encontrada.
Aunque esta ayuda pueda parecer desinteresada, en realidad el que resuelve el problema puede encontrar un problema interesante que le haga pensar y aprender; y además, ayudar a otro con los mismos intereses de uno, puede hacer al enseñado más capaz de resolverle problemas al enseñante en el futuro.
Estos dos beneficios para el enseñante fomentan que éste ponga mucho interés en ayudar. En el autoaprendizaje los papeles de enseñante y enseñado se intercambian continuamente.

La autonomía en el aprendizaje proporciona libertad y capacidad crítica, y es, ciertamente uno de los intereses para formar autonomía y libertad de criterio y acción como personas, ciudadanos y profesionales.
John Dewey, ya en 1938, mucho antes de la aparición de las tecnologías de la información y del conocimiento, hacía planteamientos para el mundo de la educación que gozan de especial pertinencia hoy en día. Dewey destacaba que las experiencias de aprendizaje se constituyen a través de los principios de continuidad e interacción, que se explican de la siguiente forma (Kotkamp, 2009):

• Continuidad: principio temporal que indica que las personas aprenden a través de una secuencia continua en la cual las experiencias del pasado afectan de manera positiva o negativa los futuros aprendizajes. Por ello, una experiencia estimulante desencadenará inputs positivos para generar nuevos conocimientos (tácitos y explícitos). En otras palabras, el aprendizaje no es un suceso aislado, sino que está interrelacionado con nuestras experiencias previas, condición que inevitablemente repercutirá en aquello que podamos aprender después
.
• Interacción: principio que señala la influencia que genera un determinado entorno y/o situación en la construcción de una experiencia. Este componente ambiental plantea que tanto la adquisición como la aplicación del conocimiento dependerán del contexto en que ello ocurra. Desde esta perspectiva, el entorno (formal o informal, individual o colectivo, analógico o digital, etc.) en el que se encuentra un individuo incidirá de manera estratégica en su experiencia de aprendizaje.

Bajo este enfoque, la comunicación entre pares juega un papel clave en la estimulación de un aprendizaje situacional que surge de un continuum de experiencias enriquecidas desde diferentes contextos.

La visión de Dewey (1938) resulta de especial utilidad para explorar nuevas preguntas en torno a los desafíos de la educación en el siglo XXI.
Para poder fundamentar y contextualizar el marco de ideas desde las que se gesta el aprendizaje invisible, a continuación se presentan diferentes propuestas que ofrecen visiones heterogéneas sobre la educación. Sin embargo, todas estas vertientes tienen en común que plantean ideas de alta resolución y proponen un aprendizaje en tres dimensiones (3D) y de trescientos sesenta grados (360º). En otras palabras, todas ellas destacan la idea de un aprendizaje que trasciende los actuales límites temporales y espaciales de la educación formal.

Es necesario lograr no sólo que el individuo crea en lo que ya es conocido, sino que sea capaz de crear conocimiento durante el proceso de experimentar con nuevas cosas. Hay que buscar formas de fomentar la imaginación, porque si no tenemos imaginación, no es posible ser creativos.

Está claro que la imaginación por sí sola no es suficiente, pero sino tienes imaginación, no puedes empezar a crear.

Tal como plantea una investigación desarrollada por Futurelab (Sefton-Green, 2004), uno de los principales aportes de la adopción de las tecnologías de información y comunicación en la vida cotidiana es que ello ha permitido ampliar los límites preestablecidos de lo que tradicionalmente se conocía como espacios de aprendizaje.
El valor de esta mirada no está en el “qué” se aprende, sino en “cómo”, “dónde” y “cuándo” Esto no significa que el “qué” no sea importante, todo lo contrario, pero también es preciso comprender que las tecnologías digitales han permitido ampliar las dimensiones temporales y espaciales del proceso de aprendizaje. Visto desde una perspectiva cartográfica, podríamos plantear que se amplía el mapa de la ecología del aprendizaje.

En este nuevo plano, el aprendizaje trasciende los espacios tradicionalmente delimitados para aprender. Tal como hemos señalado, el nuevo panorama del aprendizaje ha de ser en 3D y 360º, incluyendo otros territorios hasta ahora ignorados. Silverstone (1999, p. 252) analiza lo que ella llama el proceso de “domesticación de las TIC” y plantea lo siguiente: “La historia más reciente de las computadoras domésticas indica que los individuos construyen y afirman su propia identidad a través de la apropiación de estas máquinas, mediante un proceso de aceptación, resistencia y negociación. Qué hacen los individuos y cómo lo hacen dependerá en ambos casos de sus recursos culturales y materiales”.

Hoy, los sujetos destinan muchas horas de su vida a transportarse de un punto a otro de la ciudad. Mientras más grande es la urbe, mayor el tiempo destinado a traslados. El uso creativo de dispositivos móviles convierte estos momentos, aparentemente “muertos”, en potenciales espacios de aprendizaje informal. Por esto, muchas universidades han apostado por grabar sus clases en podcast
o generar vídeos de valor agregado en breves cápsulas. En esta línea, hay un universo de posibilidades aún no exploradas (o simplemente ignoradas) en relación con la conversión de la movilidad en un continuum de aprendizaje.

Regresemos a Seely Brown. Dado que el proceso de aprendizaje se implanta a través de lo que él denomina comunidades peer-based learning, las tecnologías de información y comunicación adquieren el papel de herramientas que amplifican las capacidades de este aprendizaje entre pares. En este contexto, las tecnologías no desempeñan ningún papel mágico. Sin embargo, se convierten en un puente o interfaz que posibilita estos intercambios dialógicos entre individuos, dando espacio a interacciones transformadoras.

Es indudable que para muchas actividades de la vida cotidiana, sí es  fundamental contar con estas credenciales tan propias de la educación formal. Por ejemplo, imagino que nadie quisiera ser operado por una persona que aprendió medicina por su cuenta o tomar un vuelo transatlántico con un piloto autodidacta. Pero también es una realidad que en la vida diaria interactuamos con personas que poseen habilidades y aprendizajes adquiridos de manera no formal o informal. Ejemplo de ello son los profesionales que terminan desempeñándose en actividades que difieren absolutamente del temario
de las carreras que estudiaron durante su educación superior.
Por otra parte, existe un claro riesgo de creer obsesivamente en los títulos, al igual que las universidades se exponen a convertirse en meras imprentas de certificados (Pardo Kuklinski, 2010). Desafortunadamente, muchas de estas distorsiones nos llevan a encontrar centros de titulación fast food, que en vez de hamburguesas entregan títulos “al minuto”.

Al buscar una conceptualización precisa y delimitada de lo que se entiende por educación formal, no formal e informal, resulta bastante evidente que no existe una única definición al respecto. A continuación presentamos una síntesis de enunciados elaborados por diferentes fuentes. Entre ellas destacan las definiciones “oficiales” reconocidas dentro del marco de regulación europeo
Educación formal: educación directamente vinculada a los colegios o institutos de formación. Incluye el sistema escolarizado de estructura jerárquica que va desde la escuela primaria hasta la universidad, y que además impulsa prácticas similares para la formación técnica y profesional.

Consiste en el aprendizaje que ocurre dentro de un contexto organizado y estructurado (ya sea en un centro educativo o formativo, o bien en el centro de trabajo). Se designa explícitamente como “formación” (en cuanto a objetivos, duración y recursos empleados) y puede llevar a un reconocimiento formal (diploma o certificado). Es intencional desde la perspectiva del educando (Conner, 2009)
Educación no formal: actividades educativas organizadas fuera del sistema formal de educación que se llevan a cabo por separado o como una actividad destinada a servir para objetivos específicos del aprendizaje. Incluye aquellas actividades que no son explícitamente educativas, pero que contienen importantes componentes para favorecer el proceso de aprendizaje. Este proceso no es intencional desde la perspectiva del educando “Mientras que el aprendizaje a través del sistema regular de educación y formación constituye una característica distintiva de las sociedades modernas, el aprendizaje no formal resulta mucho más difícil de detectar y evaluar”, añade Bjornavold (2000).

Educación informal: ocurre fuera de la educación formal, es holística y difícil de medir. Se desarrolla a través de la práctica y se dirige a través de la conversación. Incluye la exploración y se extiende hasta las experiencias. Suele ser espontánea, puede acontecer en cualquier contexto de la vida cotidiana. Es un resultado natural de la interacción entre personas. Se entiende como el aprendizaje que surge cuando un sujeto forma parte de una comunidad u organización.

Es un proceso que tiene lugar a lo largo de toda la vida y en el que las personas aprenden (pero también enseñan) a partir de sus experiencias cotidianas. En general se caracteriza por no seguir un currículo y por no contar con certificaciones o grados determinados. (Cross Adobe, 2007) agrega que el aprendizaje informal en las organizaciones guarda relación con una amplia variedad de formas espontáneas, no oficiales e impredecibles, a través de las cuales la gente aprende a hacer su trabajo.
Muchas de estas prácticas están fuertemente apoyadas por experiencias de aprendizaje colaborativo en las que, en vez de un docente, hay un colega, un compañero o un amigo.
El aprendizaje informal se refiere al proceso continuo mediante el cual los individuos adquieren actitudes, valores, habilidades y conocimientos a través de las experiencias diarias y las influencias del entorno, a través de familiares o vecinos, a través del juego o los medios de comunicación, en el trabajo, en la plaza, en el mercado o en la biblioteca. Este aprendizaje resulta de actividades de la vida cotidiana relacionadas con el trabajo, la familia o el ocio. A menudo se refiere al aprendizaje como algo experiencial y hasta cierto punto puede ser entendido como un aprendizaje accidental.
El aprendizaje informal no está estructurado en términos de objetivos ni de tiempo de aprendizaje. Por lo general, no conduce a la certificación. Puede ser intencional, pero en la mayoría de los casos es no intencional (o incidental) (CEDEFOP, 2008). “El carácter sumamente contextual y tácito de los aprendizajes informales complica la pretensión de validez en las evaluaciones”, explica Bjornavold (2000).

El aprendizaje informal es cualquier actividad que implique la búsqueda de la comprensión, del conocimiento o de una habilidad. Se produce fuera de los planes de estudio de las instituciones educativas, o de los cursos o talleres ofrecidos por dichos organismos educativos.

Los términos básicos del aprendizaje informal (por ejemplo, objetivos, contenidos, medios y procesos de adquisición, así como la duración, la evaluación de los resultados o las aplicaciones) están determinados por los individuos y grupos que deciden participar en él. El aprendizaje informal se lleva a cabo por cuenta propia, ya sea individual o colectivamente, sin que exista ninguna imposición externa de criterios y sin instructores formales.

A pesar de las distinciones conceptuales aquí descritas, en la vida real estas definiciones parecen estar mucho más entremezcladas.

A este respecto, Cross (Adobe, 2007) agrega que tanto el aprendizaje formal como el informal son aprendizajes. Ambos implican la construcción de nuevas conexiones neuronales en el cerebro, así como la adaptación a nuevas condiciones. Ambos tienen mucho en común y deben coexistir.


Conclusiones.

El término autoaprendizaje estrictamente hace referencia a aprender uno mismo en un acto autoreflexivo, de la misma manera en que automóvil es el que se mueve a sí mismo, y autodidacta es quien se enseña a sí mismo. De allí que para referirse al aprendizaje llevado a cabo por uno mismo, también se utilice el término aprendizaje autónomo.
Consiste en aprender mediante la búsqueda individual de la información y la realización también individual de prácticas o experimentos. A una persona que aprende por sí misma se le llama autodidacto (autodidacta es la forma femenina o de neutro plural).
El autoaprendizaje es algo que el ser humano, los mamíferos y otros animales poseen en sí mismos y se pone en evidencia cuando juegan. Jugar, aunque a veces no se tiene presente, tiene la función principal de aprender nuevas habilidades o mejorar las que ya se poseen.

Muchas veces, el autoaprendizaje comienza jugando, y pasado un tiempo se descubre que se ha aprendido mucho de este modo y que no sólo sirve para pasárselo bien.
Entonces a manera de síntesis, podemos afirmar que la autonomía en el aprendizaje autónomo es la facultad que tiene una persona para dirigir, controlar, regular y evaluar su forma de aprender de forma consciente e intencionada, haciendo uso de estrategias de aprendizaje para lograr el objetivo o meta deseados.

Referencias:
García N (2003). Como dirigir el autoaprendizaje, Trizas, México,
Rodriguez S. (2004) El autoaprendizaje, Madrid  .
Bombino J (2002). Didáctica.Edit C Sociales La Habana.
Cobo C, Moravec.J, (2011) Aprendizaje invisible, Col.Lecció, Transmedia XXI Univ Barcelona, España,

Kotkamp, E. (2009).
“Digital objects in e-learning environments:
The case of WebCT”.
En: Van den Boomen, M. et al. (2009).
Sefton-Green, J. (2004).
“Informal learning with technology outside school”. Report 7. Bristol, Reino Unido: Futurelab.
http:// www.futurelab.org.uk/resources/documents/lit_reviews/
Informal_Learning_Review.pdf
Silverstone, R. (1999). “Domesticating ICTs”. En: W. Dutton (ed.). Society on the Line. Information Politics in the Digital Age. Oxford: Oxford University Press.






Rolando Aguilar Alvarez. Máster en Administración de Proyectos UCI Costa Rica 2008. Lic en Computación e Informática UCR Costa Rica 2004. Lic en Ciencia de la Computación UO Cuba 1995. Consultor  en e-learning.  Miembro de proyectos de e-learning para “Colegio Santa Cecilia”, “CCSS”, “Colegio de Ing. civiles”,  “Universidad Fidélitas”, “Universidad para la Cooperación Internacional” y “Universidad Santa Paula” en Costa Rica.
Pardo Kuklinski, H. (2010). Geekonomía. Un radar para producir en el postdigitalismo. Col.lecció Transmedia XXI. Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.

Bjornavold, J. (2000). “Making learning visible: identification, assessment and recognition of non-formal learning”. Vocational Training European Journal, n.º 22, enero-abril 2001, pp. 24-32.

Cross, J. (2003). “Informal learning - the other 80%”. http://www.
internettime.com/Learning/The%20Other%2080%25.htm.